/ OPERACION PUERTO 

El gabinete del Doctor Muerte 

 


En palabras de sus propios pacientes, "al tipo le gusta cruzar los semáforos en rojo para ver qué ocurre. Está un poco chiflado".
Una inquietante carta de presentación del personaje en cuestión. Eufemiano Fuentes, el mentor de las endiabladas reglas del juego, un vil maestro del engaño seducido por el riesgo. La punta de lanza del mayor escándalo de la historia del deporte español.

Joaquin Rodríguez Lawrance           @jrlawrance para @offrecordnews


Un individuo al que estimula en exceso caminar por la vía del tren sin pestañear o pasear bidones de gasolina por delante del fuego mientras le buscan las vueltas por atentar contra la salud de varias centenas de deportistas durante los últimos 15 años. “En la lista, ni son todos los que están ni están todos los que son. También he trabajado en otros deportes como el atletismo, el tenis o el fútbol. Faltan muchos nombres, ha habido una filtración selectiva. No se por qué. He trabajado con equipos de fútbol de la Liga española, de Primera y de Segunda, que han mejorado su rendimiento. Si no he hecho estos tratamientos sí que los he recomendado”, afirma frívolamente el galeno.


Así es él, un aventajado de su gremio, a caballo entre razón y locura, un tipo al que gusta pavonear su tétrica oratoria clínica dando a entender que su doctrina de dopaje sanguíneo es meramente terapéutica. Ahí queda. Dicen que su punto de locura produce magnetismo social con aquellos que le tratan de cerca. “Está un poco chiflado. Es como alguien que cruza los semáforos en rojo para ver qué ocurre”, dice un corredor. Lo que queda fuera de toda duda su capacidad para burlar los límites legales impuestos por la pobre infraestructura institucional de ciertos deportes. Vía libre pues para el principal compositor de la mayor red de dopaje deportivo jamás descubierta en España.


Es precisamente en la Calle Julián Camarillo de Madrid donde se ha dado recientemente carpetazo a un controvertido procedimiento judicial que hasta la fecha solo se ha cobrado carreras profesionales, puestos de trabajo y la honorabilidad de centenas de personas relacionadas con el mundo del ciclismo. La secuencia pone de manifiesto la enorme vulnerabilidad de este deporte en comparación con otros cuya maquinaria jurídica y valor social son temibles. Tras veintitrés desfiles en toga, la vista concluye con una receta para Fuentes de quince euros al día durante diez meses, un año de prisión y cuatro años de inhabilitación de propina. A su fiel Labarta le caen cuatro meses de conserva por cómplice mientras que se indulta a Yolanda Fuentes, Manolo Saiz y Vicente Belda según la magistrada “por hechos probados”. Y lo mejor de todo y moraleja del asunto; Nunca se les ha juzgado por dopaje. "Solo quiero decir que no entiendo de derecho, pero en mis 35 años no he perjudicado la salud de mis clientes. Yo protejo la salud. Si usted me lo pide, yo le doy la lista de los clientes" afirmó el médico durante una de sus vodeviles intervenciones.


LA "PIZZERÍA" DE ALONSO CANO

El famoso informe revelado en Mayo de 2006 por la Guardia Civil es mera consecuencia de una investigación iniciada tiempo atrás a raíz de un chivatazo que insinuaba la existencia de una red de prácticas de manipulación sanguínea para mejorar el rendimiento de diferentes deportistas de élite. Del 12 al 20 de Mayo, en pleno pico de trabajo de la banda, se desencadenó un exhaustivo operativo de escuchas teléfonicas en el que la Guardia Civil estableció un dispositivo de control y vigilancia sobre las personas que presuntamente estaban implicadas en estas prácticas ilegales dando como resultado la localización de varios inmuebles en Madrid que servían como escenario de transfusiones sanguíneas y almacenamiento de productos dopantes. Un caballo de troya avisó a las autoridades de lo que se estaba cocinando tras el positivo de Roberto Heras en la Vuelta a España del 2005. El médico de Heras en ese momento era curiosamente Eufemiano Fuentes. Días después, el 20 de Mayo fueron detenidas 5 personas, entre ellas Eufemiano.


El móvil de la investigación fue la persecución de un delito contra la salud pública por comercio y administración de sustancias nocivas no contra el dopaje dado que en aquel momento el dopaje deportivo no era punible. El aparato locomotor de su revolucionaria técnica lo formaban 2 adquisiciones de élite: Un arcón congelador, valorado en 7.000 euro, para mantener las bolsas de sangre a 80 grados bajo cero y la joya de la corona, dos máquinas Haemonetics, para centrifugar y mandar la sangre a “Siberia”(congelarla). Como escenario, “la Pizzeria”, apartamento propiedad de Fuentes sito en la calle de Alonso Cano 53, 5º D de Madrid. Ese lugar y la clínica de Merino Batres eran los más utilizados para los “cambios de aceite”.Para completar el proceso hacen falta dos ingredientes esenciales sin los cuales no hay secuencia posible. Se trata del Glicerol, un crioprotector que evita que revienten los glóbulos rojos al congelar la sangre, y el SAG-Manitol, conservante que permite las bolsas aguanten sin deterioro hasta una semana después de descongelarla, antes de ser reinfundidos los glóbulos rojos.


El congelado permite que los glóbulos rojos duren indefinidamente sin deteriorarse. Sin ello, solo aguantan 21 días en una nevera. Esta variable obliga a los consumidores a extraerse y reinfundirse con más frecuencia, fundamentalmente en vísperas de las grandes vueltas. El sistema de Fuentes reventaba así el mercado de la noche a la mañana metiendo como consecuencia en cartera a los mejores hombres del pelotón. Tyler Hamilton, Jan Ullrich, Ivan Basso se rindieron a sus pies y empezaron a nutrir considerablemente las cuentas que el médico tenía en Suiza.


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CAP II "Cocineros" de la Operación Puerto

CAP III Espionaje en la Operación Puerto

CAP IV "Cobayas" de la Operación Puerto

CAP V Las transfusiones de sangre

CAP VI El catálogo de Eufemiano Fuentes